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Este fin de semana vimos como un accidente causado por un conductor en estado de embriaguez arrolló una caravana de motociclistas, ocasionándole la muerte a tres de los participantes de la caravana y dejando gravemente herido a uno.
Otro conductor ebrio, luego de atropellar dos vehículos que esperaban el cambio del semáforo, se baja del carro a cantar y dedicar versos, además ayer se presenta otro conductor que se salió de un puente vehicular en Bogotá y no solo estaba en estado de embriaguez sino que manejaba con exceso de velocidad.
Aunque el gobierno ha venido reforzando las penas asociadas a esta problemática, en donde el último proyecto de ley aprobado obliga a realizarse la prueba de alcoholemia cuando sea requerida y además castiga la presencia de alcohol inferior al grado uno (menos de 2 cervezas), todavía falta mucho, ya que en el primer caso el conductor fue puesto en libertad (luego de matar 3 personas) por un "tecnicismo" jurídico.
Independiente de todas las leyes asociadas y las campañas que se hagan al respecto, el problema es la falta de conciencia sobre los peligros de esta combinación letal. Distintas compañías de seguros ofrecen el servicio de conductor elegido, asimismo bares y restaurantes, pero el problema persiste y las personas no aprenden.
Fuente: caracoltv.com
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