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Cuando hablamos de las distracciones al volante, el manos libres aparece como esa solución de que nos hemos dado los conductores para poder mantener un cierto equilibrio entre la agilidad mientras vamos circulando sin desatender el celular y la seguridad de poder hablar por teléfono sin tener un aparato ocupándonos las manos.
Sin embargo, hay estudios (Univesidad de Utah, 2013; AAA Foundation for Traffic Safety, 2014) que demuestran que utilizar un manos libres distrae tanto que dejamos de percibir hasta la mitad de las señales cuando ha pasado un minuto y medio de conversación.
Cuando conducimos, realizamos ciertas tareas de manera automatizada. Pisamos y soltamos unos pedales, giramos el volante, incluso observamos nuestro entorno. Hay aspectos que no podemos automatizar: por ejemplo, la evaluación de los posibles riesgos y la consiguiente toma de decisiones. Y esas tareas son las que chocan de frente con tareas complejas como hablar por teléfono incluso con manos libres. Por eso nos distrae y es causa de siniestros viales.
Podemos utilizar la expresión distracción cognitiva cuando hablamos de estar realizando unas tareas mientras pensamos en otra cosa y sentimos cómo la mente se nos va hacia otra parte. La conversación por manos libres exige de nuestro cerebro un cierto ejercicio de abstracción, al interlocutor telefónico tenemos que imaginarlo mientras habla, tendemos a reconstruir sus expresiones, etcétera.
La mejor solución sería apagar el teléfono o ponerlo en silencio al subirnos al carro y detenernos y parquear para hacer o recibir una llamada.
Fuente: circulaseguro.com
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